martes, 27 de marzo de 2018

La calle ya no es, nuestro lugar


La calle ya no es, nuestro lugar

Como muchas de Nosotras, me críe en la calle, era una extensión de mi casa, era el lugar del juego, de la reunión de los grupitos de chicas, para ver a los pibes jugar a la pelota en la calle; hoy se volvió el lugar más hostil para todas Nosotras las Mujeres.

Por Stella Maris Leone Geraci

Desde muy niña, salía a hacer esos mandados que me pedía mi Mamá, jugar e ir a mis clases de dibujo; si, vivía en un barrio, antes todes nos conocíamos y te conocían, hoy sigo viviendo en un barrio pero a veces, no se quienes son esos conocidos extraños, con les que me cruzo.

No digo que no corríamos riesgos y que todo tiempo pasado era mejor, pagamos ese precio, como el de tener diez años, ir a la clase de dibujo a las dos de la tarde, sola porque quedaba a una cuadra de casa y un tipo en su Citröen, te hace una pregunta, te acercas y tenía su pito alzado entre su mano en plena exhibición, se que algo dijo, no se que, sólo se que lo mire y le dije “lo tiene sucio”, salí corriendo hasta la casa de mi profesora, mire que no me siguiera, recupere el aliento, me reí y después de dos horas de clase al volver a casa le conté a mi Mamá, -Quién me miró con total serenidad y me dijo –¿Te hizo algo?-, le dije no, su respuesta fue breve –bien- nada más (ese fue mi debut con el acoso callejero) y no fue el último, con 52 años tengo un largo historial. Ese primer acoso hizo que les respondiera o hiciera algo, como una apoyadita en el bondi, era buscar el pie del tipo, clavarle el taco, hasta que gritara de dolor y ahí en un tono de vos alto e ingenuo decirle “te pise”.

Hoy no es lo mismo para las nenas, ya no juegan solas en la calle o para las adolescentes, la calle es ese lugar hostil, sin importar la edad, si es un macho sólo o un grupo de ellos, si te quiere acosar, lo hacen y no les importa; las mujeres jóvenes intentan salir en grupo para sentirse seguras, aunque eso hoy no es una garantía de seguridad, algunos relatos que cuentan las pibas, de los acosos que sufren en la calle, en los boliches, hace que una sienta el mismo medio que ellas padecen a la hora de salir, sin importar si son las 9 de la mañana o las 21 horas, si visten zapatilla y pantalón o una minifalda y remera escotada, como si esto último fuera un causal para el acoso.

¿Qué cambió? Nada y todo, antes éramos pocas las que reaccionábamos, hoy la gran mayoría lo hace y eso es un desafío a la masculinidad, las Mujeres están dejando ese lugar de sumisión y están dispuestas a defender su lugar en la calle; si a esto le sumamos que se esta debatiendo en Diputados la Ley de Acoso Sexual para que sea considerado un delito contra la Integridad Sexual, en el Código Penal, con multas que irían entre los $3.000.- y los $30.000.-; los muchachos se sienten acorralados y ahora aseguran que ellos sólo son galantes a la hora de decirnos “Que lindas tetas mamita”, “Que lindo culo” (algo que el Presidente Macri cree que nos gusta, que nos digan a todas las mujeres), “Te chuparía toda”; la lista sería interminable, antes cuando decíamos algo éramos frígidas, hoy somos feministas; las etiquetas cambian con los tiempos.

Ahora debemos hacer que la calle deje de ser un lugar hostil para todas Nosotras sin importar nuestra edad.





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Abrazo